La Religión y la Literatura
La literatura religiosa era muy importante para la gente náhuatl. Ellos vivían su religión de una manera que se puede comparar a la de las monjas católicas. “Tan grande era la importancia que tenía la religión para el pueblo… que podemos decir sin exageración, que su existencia giraba total mente alrededor de la religión. No había un solo acto, de la vida pública y privada, que no estuviera teñido por el sentimiento religioso.”
“La religión antigua en sus prácticas y textos rituales poco difiere de la magia.” Los practicantes de la religión nahua hicieron sacrificios humanos. En los sacrificios, un sacerdote sacaría el corazón del sacrificio mientras estaba vivo. El corazón seguiría palpitando por unos momentos después de sacarlo.
Tenían muchos dioses. No todos los dioses de ellos eran hombres. Había muchas diosas también. Una de las principales de ellas fue la deidad materna. Una manera principal, en la cual honraban a sus dioses es la poesía. Una poema que se escribió para honrar a la deidad materna se escribe como un himno.
“¡La deidad sobre los cactus redondos:
Nuestra Madre, Mariposa de obsidiana!
Miremosla: en las Nueve Llanuras
con corazones de ciervos se nutre.
Es Nuestra Madre, la Reina de la Tierra:
con greda nueva, con pluma nueva se halla emplumada.
¡Por los cuatro rumbos se rompieron dardos:
en Cierva está convertida!
¡Sobre la tierra pedregosa vienen a verte
Xiuhnenel y Mimich!”
La veneraban mucho a ella. La querían como una madre normal, o, mejor dicho, aun mas que una madre normal. La trataban como madre de toda la tierra. Y, viendo eso, podemos ver el respeto que ellos tenían a todos sus deidades.
“La religión antigua en sus prácticas y textos rituales poco difiere de la magia.” Los practicantes de la religión nahua hicieron sacrificios humanos. En los sacrificios, un sacerdote sacaría el corazón del sacrificio mientras estaba vivo. El corazón seguiría palpitando por unos momentos después de sacarlo.
Tenían muchos dioses. No todos los dioses de ellos eran hombres. Había muchas diosas también. Una de las principales de ellas fue la deidad materna. Una manera principal, en la cual honraban a sus dioses es la poesía. Una poema que se escribió para honrar a la deidad materna se escribe como un himno.
“¡La deidad sobre los cactus redondos:
Nuestra Madre, Mariposa de obsidiana!
Miremosla: en las Nueve Llanuras
con corazones de ciervos se nutre.
Es Nuestra Madre, la Reina de la Tierra:
con greda nueva, con pluma nueva se halla emplumada.
¡Por los cuatro rumbos se rompieron dardos:
en Cierva está convertida!
¡Sobre la tierra pedregosa vienen a verte
Xiuhnenel y Mimich!”
La veneraban mucho a ella. La querían como una madre normal, o, mejor dicho, aun mas que una madre normal. La trataban como madre de toda la tierra. Y, viendo eso, podemos ver el respeto que ellos tenían a todos sus deidades.